Os imagináis una frutería o una ferretería donde llega el jefe y le dice al empleado: "Además de atender al público,
tú tienes que salir a la calle y traer nuevos clientes, costeando tú la publicidad y los gastos que esa labor suponga".
No, verdad. El dependiente despacha pero el que publicita la tienda, y compra buen género es el jefe.
Os imagináis una empresa de ventas donde cada comercial crea su propia cartera de clientes y llega el jefe y le dice: "Tú tienes que agrandar la cartera de clientes, tienes que darles un buen servicio, pero que no te llamen a ti, que me llamen a mi, y por supuesto, yo me llevo la mitad de tu comisión".
Tampoco, verdad. El comercial gestiona su cartera de clientes, se lleva el porcentaje más alto de la comisión y el jefe lo que hace es una labor de asesoramiento y formación hacia su empleado.
Y por último, os imagináis una clase de... por ejemplo, spinning, en la que el 90% de la clase sean amigos del profesor y sólo un 10% sean clientes del gimnasio.
Imposible, como mucho los porcentajes van al revés, el 90% son clientes del gimnasio y alguno puede que vaya allí porque es amigo del profesor y le gusta como da la clase.