viernes, 27 de septiembre de 2019

Detenidas dos menores por la agresión a una niña de 14 años en un instituto de San Blas



 

Alguien se imagina a una persona saliendo de la oficina y que un grupo de compañeros de trabajo le rodeen y empiecen a grabar como dos de ellos le pegan una paliza.
Ya es bastante angustioso que dependiendo de en qué sitios y a qué horas puedas sufrir una agresión, como para que esto pase en el colegio que, se supone, es un lugar civilizado.


Jiu-Jitsu, es lo único que puedo recomendar desde mi posición de profesor de dicho arte marcial.

Si el agresor se apunta para utilizarlo, como este es un arte marcial que lleva implícito una ética acabará “borrándose” y ya se apuntará a peleacallejera-boxing (eso es algo que no podemos evitar).

Para la víctima, aprender Jiu-Jitsu no le garantiza salir indemne, por desgracia aprender a pelear bien lleva mucho tiempo, no es algo inmediato (que nadie te engañe). Pero el entrenamiento de irá dando confianza; entrenará en un ambiente que en vez de hacerle el vacío le ayudará a progresar, aprenderá a identificar situaciones propensas a una agresión para poder evitarlas; aprenderá a buscar soluciones en los momentos previos a la agresión para poder evitarla; y si no, al menos se cubrirá, de tal forma que reciba moratones pero no le partirán la nariz.

Y para el que mira desde el corro, la ética del Jiu-Jitsu te impide aplaudir estas situaciones; te enseña que vale más que te llamen “chivato” a “palmero”; y en última instancia te enseña como separar a dos que se pelean o como ayudar para que al menos no sea un 2 contra 1.

Nada (ni una pistola) te garantiza no sufrir una agresión, pero ante esa situación prefiero saber Jiu-Jitsu a cocina.

Por otro lado, quiero destacar iniciativas maravillosas como "Hazle un Full Ippon al Bullying" de nuestras compañeras de El Rincón del Jiu-Jitsu.




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