jueves, 30 de octubre de 2014

El malo siempre gana, por lo tanto, evita la pelea



Pongamos, por ejemplo, un atraco.
Si el malo se lleva tu dinero y tú no haces nada el malo gana.
Si el malo se intenta llevar tu dinero y tú no se lo das, y empieza la pelea, pueden pasar varias cosas:
- Si el malo gana la pelea, tú pierdes tu dinero y además te rompen la cara, o algo peor. El malo gana.
- Si tú ganas la pelea y llega la policía, tú le denuncias por "intento" de robo, pero el te denuncia por AGRESIÓN CON LESIONES. El malo gana.
- Si tú ganas la pelea y te vas antes de que llegue la policía, la policía a ti sí te va a encontrar, por el simple hecho de que, a diferencia del malo, tú siempre resides en el mismo sitio, trabajas en el mismo lugar, entrenas en el mismo gimnasio... El malo gana.


Por lo tanto, evita SIEMPRE la pelea, con actitud de seguridad (por ejemplo, no yendo, en la medida de lo posible, por calles oscuras, solitarias, y que sabemos que son conflictivas) y con actitud de rechazo al enfrentamiento (si todo queda en un insulto mejor que si comienza la pelea).

Solamente pelea si no hay más salida (El jabalí tiene unos colmillos letales, pero cuando los perros le acosan lo primero que hace es correr y solo cuando se encuentra rodeado ataca).
Pero eso sí, si decides que vas a pelear, pelea al 100% porque si dejas que el malo ataque por segunda vez esa segunda vez va a ser mucho más peligrosa que la primera.
La proporcionalidad de la defensa ante el ataque debe ser una de nuestras máximas, pero también el control sobre el adversario, ya que sin ese control la pelea puede volverse muy peligrosa.

El malo siempre gana; la única manera que tienes de ganar tú es llegando integro a tu destino y eso es más fácil de conseguir si se evita la pelea.


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