martes, 9 de septiembre de 2014

Los peligros del "¡Oye tú!"

En el contexto de la defensa personal, siempre les digo a mis alumnos que si decidimos intervenir ante un hecho que nos parece injusto, aunque la situación parezca de lo más inofensiva, esta se puede volver enormemente complicada ya que nunca sabemos a qué tipo de persona nos estamos dirigiendo. Es el factor que yo denomino "oye tú".

El ejemplo que pongo es el de recriminar a alguien que tire un papel al suelo. 
- En un primer caso puede darse que la persona se disculpe por haberlo hecho sin darse cuenta y todo se resuelva educadamente.
- En un segundo caso, puede que la persona nos mande "a freír espárragos" y la cosa queda en que ante nuestra recriminación recibimos una grosería.
- Y en un tercer caso, puede que la persona tenga un carácter violento y decida tomar nuestra recriminación como excusa para comenzar una pelea.
Una situación que en un principio tenía un carácter educado se convierte en muy peligrosa.

Hay que reconocer que en el caso del papel lo normal es que la gente se comporte educadamente y las probabilidades de que la situación se complique sean pequeñas. 

Pero, extrapolemos esto ante una situación de una agresión ante un tercero (violencia machista, por ejemplo).
Las reacciones también pueden ser varias. Que el agresor se sienta observado y pare; que el agresor nos responda con insultos y continúe; o que el agresor deje a su victima y la tome contra nosotros (y aquí lo único que sabemos es que su actitud es violenta, pero desconocemos si va armado o no).

Por tanto, antes de decir un "oye tú" deberíamos contemplar la posibilidad de que la persona a la que recriminamos no opte por la vía educada.
No se trata de debatir si se debe intervenir o no ante las situaciones que consideremos injustas (como por ejemplo la ya nombrada agresión machista), eso tiene que decidirlo cada uno según sus principios y consideraciones.
Se trata de que advertir que un exceso de confianza no nos lleve a recibir una agresión que no preveíamos.

Todos conocemos algún caso de este estilo, personal o que haya salido en los medios de comunicación. Yo voy a poner de ejemplo este:


No sé si es verdadero o un montaje, pero la escena refleja un poco el tema tratado, una situación de lo más inofensiva que se puede complicar enormemente porque nunca sabemos contra quien nos "enfrentamos". 

Así que ya sabéis, el "oye tú" puede ser muy peligroso, si decidimos decirlo hay que hacerlo teniendo en cuenta todas las posibles reacciones, para que estas no nos pillen desprevenidos.


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